El rector de la Universidad Loyola, Fabio Gómez-Estern, en su discurso de apertura de nuevo curso solicita que, tras 11 años de recorrido, “se dispense a la Universidad un trato igualitario al nivel del resto de universidades andaluzas”.
El rector, Fabio Gómez-Estern, ha puesto en valor, en discurso inaugural de este curso 2024/2025, el duodécimo desde su creación, a la Universidad Loyola “tanto como pieza integrante del sistema universitario andaluz, como por lo que aportamos a la sociedad y a la economía de nuestra comunidad autónoma”. Asimismo, ha recordado que “el último informe de la Fundación CYD sobre las universidades en España y en Andalucía nos sitúa como la tercera entre las universidades andaluzas”.
Gómez-Estern ha afirmado que Loyola “es plenamente consciente de que ha de competir por la calidad de sus egresados y de su investigación, por su reputación y por la defensa de sus principios en un entorno de nuevas universidades” y ha añadido que “somos una institución seria, respetuosas con nuestros pares, que acatamos la legislación vigente y cumplimos escrupulosamente con sus procedimientos por los que tras 11 años de recorrido, creemos que es de justicia que se nos dispense un trato igualitario al nivel del resto de universidades andaluza que aún estamos por conseguir”.
El rector ha recurrido a la disciplina universitaria de teoría de los juegos para explicar cómo se ha posicionado la Universidad Loyola en un escenario tan agitado y cambiante como el sistema universitario andaluz. En su intervención, Gómez-Estern ha incluido cuatro elementos para explicar el posicionamiento de la Universidad Loyola hoy.
Por un lado, la competencia que garantiza la oferta de servicios de calidad y la libre elección de los ciudadanos. Por otro, la cooperación, concepto sin el que no se entiende el comportamiento de las instituciones y donde Loyola desarrolla un amplio abanico de intervenciones, cooperando con la sociedad en la lucha contra las desigualdades a través de los sistemas de becas y mediante proyectos y acciones de nuestro Instituto en Políticas para la Transformación Social, en Andalucía o internacionalmente a través de la Fundación ETEA.
El tercer concepto enumerado ha sido ‘el equilibrio’ donde nuestro objetivo no “es ser grandes en tamaño sino crear conocimiento y formar a los mejores futuros profesionales, capaces de responder a los retos del mundo”. El rector ha recordado que nuestro reto es contar con la reputación, la excelencia y una oferta formativa atractiva que nos permita alcanzar un número de estudiantes que hagan sostenible a largo plazo nuestro proyecto como obra apostólica de la Compañía de Jesús”. Y por último el rector ha añadido la estrategia, afirmando que la “el primer aspecto estratégico de Loyola es la internacionalización seguido de la flexibilidad formativa, que responde a las demandas de la sociedad”.
Asimismo, el rector ha hablado de los aspectos clave en los que está trabajando Loyola con respecto a los cambios sociales que se avecinan por el auge de la inteligencia artificial. En este sentido, la Universidad Loyola es especialmente activa en la estrategia de capacitación y dotación de recursos al profesorado para la migración hacia una formación en el aula, conscientes de las oportunidades y riesgos de la IA, y la estrategia de investigación de las oportunidades del uso de la IA en diferentes ámbitos científicos y profesionales.
Igualmente, Loyola se está centrado en explotar los algoritmos de Machine Learning para predecir y gestionar el éxito del estudiante, siempre con el mayor respeto de la privacidad; en la incorporación de la IA a los planes de estudio; y en la revisión del modelo pedagógico. “Consideramos que el profesional del futuro ha de ser casi un visionario que trabajará de la mano de la IA con una responsabilidad expandida en la misma medida que se habrá expandido la potencia de las herramientas que usará”.
Por último, Fabio Gómez-Estern ha querido avanzar lo que se espera de este nuevo curso académico que arranca hoy. “Este curso que iniciamos ha de consolidar los cambios organizativos, la implementación de nuevos procedimientos y el despliegue de nuevas tecnologías y también, por otro lado, esperamos que la nueva Ley Universitaria para Andalucía establezca una igualdad de condiciones y de exigencias para todas las instituciones que formamos parte del sistema universitario andaluz”.
Junto al rector, Fabio Gómez-Estern, y el secretario general, Juan F. Plaza Sánchez, han estado presentes en el acto de apertura del duodécimo curso académico de Loyola, Lorena Garrido Serrano, viceconsejera de Universidad, Investigación e Innovación; así como otras autoridades de instituciones académicas, civiles y militares. Precisamente, la viceconsejera ha resaltado que el arranque del Grado en Medicina de la Universidad Loyola “fue el resultado de una tramitación garantista y muy rigurosa, que culminó con la validación por parte del Ministerio y de la Junta de Andalucía”.
El acto de apertura del curso ha dado comienzo con una misa en la Capilla de la Universidad Loyola, presidida por el arzobispo auxiliar, Monseñor Ramón Valdivia Giménez. En su homilía ha destacado que “para no dar respuestas que banalicen el presente, la universidad jesuita está llamada a analizar, acompañar y corregir los cambios sociales, filosóficos, culturales, jurídicos o económicos”. Ante el reto educativo del Papa Francisco, ha señalado que “lo importante es generar personas conscientes de nuestro mundo, competentes para servir en las circunstancias más adversas, comprometidas en la iluminación de una realidad que no esté sofocada por la ambición sino abiertas a la lógica del don y de la gratuidad, y compasivas ante las lacerantes debilidades de nuestra humanidad”.
En su informe sobre la actividad desarrollada durante el curso 2023/2024 por la Universidad Loyola, el secretario general, Juan F. Plaza Sánchez, ha señalado que, en el ámbito docente, se impartieron 26 grados oficiales, 2 grados eclesiásticos, un grado propio y 18 programas combinados de estudios oficiales o dobles grados ofertados, en el área de Grados; 11 másteres universitarios, 12 másteres propios, 13 másteres dobles, y la licenciatura en Teología. Además, se ofrecieron 5 programas de doctorado.
Durante el que fue el undécimo curso de la universidad el número total de estudiantes matriculados en estudios de grado ascendió a 4.247, a 919 en programas de postgrado y 113 en doctorado. Así, la cifra total de alumnado matriculado con carácter regular en los estudios impartidos desde la Universidad Loyola fue de 5.299. “Cabe destacar que cuando comenzamos nuestra andadura en el curso 2023/2014, teníamos 803 alumnos de grado. Esta cifra la hemos multiplicado por seis, ya que contamos con casi 5000 estudiantes de grado matriculados este curso académico”.
En el capítulo de internacionalización, uno de los ejes estratégicos de Loyola, en el pasado año académico, la universidad acogió a un total de 553 alumnos procedentes de otras universidades que se matricularon en estudios oficiales, y 240 estudiantes de Loyola completaron su formación en universidades extranjeras.
Por otro lado, en el ámbito de empleabilidad y emprendimiento, el secretario general ha indicado que la Universidad mantiene un total de 3.000 convenios de prácticas con empresas, habiendo firmado 586 nuevos convenios durante el pasado curso académico. Además, más de 1.000 alumnos de grado y 450 de másteres hicieron prácticas en empresas nacionales e internacionales durante el curso 2023/2024. Asimismo, se han gestionado más de 221 ofertas de empleo, 716 empresas han participado en procesos de selección y más de 1300 estudiantes y emprendedores han participado en actividades de emprendimiento.
Por lo que se refiere a la investigación, Juan F. Plaza ha destacado este aspecto como uno de los pilares fundamentales de la Universidad. “Somos una institución que se esfuerza por ser reconocida como un espacio de pensamiento, de descubrimiento, de invención, de innovación”. Loyola cuenta con 12 departamentos que impulsan la investigación, así como 17 grupos de investigación pertenecientes a estos departamentos. Además, durante 2023, la actividad investigadora de Loyola se resume en 48 proyectos de investigación activos, 39 proyectos de consultoría, 11 libros, 60 capítulos de libros y 265 artículos publicados en revistas científicas
Pérez ha señalado que, en este contexto de educación integral, ocupa un lugar preferencial el Servicio Evangelización y Diálogo cuyo objetivo es promover los valores evangélicos de la espiritualidad ignaciana que se reflejan en la Universidad Loyola. El servicio ha realizado un importante esfuerzo para mantener en modalidad presencial-virtual sus actividades y experiencias formativas en los campos de la espiritualidad, el voluntariado y el diálogo.
Finalmente, la Fundación ETEA-Instituto de Desarrollo de la Universidad Loyola, desarrolló 30 proyectos de cooperación y transferencia de conocimiento en 10 países de Europa, Centroamérica, América del Sur y el Caribe, participando 77 profesores e investigadores de Loyola.
La rectora de la Universidad Católica Portuguesa y presidenta de la Federación Internacional de Universidades Católicas, Isabel Capeloa Gil ha impartido la lección inaugural de apertura del curso académico 2024/2025 centrada en “La universidad y el futuro de la Democracia”.
Ha comenzado haciendo referencia a un concepto que se acuña en las universidades americanas durante los actos de graduación. “La graduación representa el comienzo de un nuevo ciclo para los profesionales y la universidad es, precisamente un ciclo, sin un final aparente”. En este sentido, la rectora ha recordado que estamos en un ciclo extraordinario para las universidades y que los signos de crisis social y política que rodean a muchas universidades no debe ser señal de que la universidad está perdiendo valor. “La universidad es siempre agente de crisis porque su función descansa sobre dos ejes, el de la formación y el de la transformación. La universidad es un espacio de experimentación, donde las personas pueden y deben fracasar, donde solo cabe el intentarlo de nuevo y llegar al éxito”.
Igualmente, Isabel Capeloa ha pedido considerar nuestras instituciones como talleres de artistas. “Una universidad que no es una fabrica sino un estudio, que desarrolla su acción en torno a la singularidad creativa, promoviendo la diferenciación y la formación del individuo”.
La rectora ha destacado que, aunque se han mantenido universidades en estados autocráticos, la universidad es un espacio unido a la democracia y a sus valores, destacando la libertad de expresión. “La universidad como espacio libre, donde la libertad se articula junto a la formación que educa a los estudiantes para la elección responsable”. También, ha querido señalar que la clase, la educación o la religión, condicionan la posición social de las personas en el marco actual. “La colectivización obligatoria a los modos de pertenencias son modelos de opresión de la autonomía”.