La Universidad Loyola ha celebrado en el Campus de Sevilla el acto solemne de apertura de su décimo curso académico, que ha contado con la presencia del rector de la Universidad Pontificia de Comillas, Enrique Sanz SJ, que ha dictado la lección inaugural, y en el que se ha puesto de manifiesto la consolidación de Loyola como universidad de calidad y referente en Andalucía.
El rector, Gabriel Pérez Alcalá, ha asegurado en su discurso inaugural de este curso 2022/2023, el décimo desde su creación, que “la calidad es el espejo en que deben mirarse todas las universidades, independientemente de su naturaleza jurídica, sea esta pública o privada. Lo importante es si son buenas universidades, si tienen el nivel de calidad exigible y si son accesibles a los estudiantes”. Así, la calidad universitaria ha sido el eje que ha centrado todo su discurso y, a este respecto, ha afirmado que es necesario reformar la Ley Andaluza de Universidades de 2011 “porque la ley andaluza no puede ser una de corrección de la Ley Orgánica, sino una de estándares de calidad, de evaluación y de regulación de la competencia del Sistema Universitario Andaluz”. En Andalucía y en España, ha continuado, “el debate universitario es muy pobre, está muy ideologizado y es profundamente superficial”.
Según ha desgranado el rector en su intervención, la calidad universitaria se puede medir en base a tres variables fundamentales: la productividad científica y cultural de su claustro, el alto rendimiento académico de sus estudiantes y el alto índice de empleabilidad de sus egresados. “Una buena universidad es un ecosistema que posibilita todo esto. Lo que determina la calidad son las tres variables y su interrelación, pues ser buenos en una o dos de ellas no da una universidad de calidad”, ha sintetizado.
Por ello, Gabriel Pérez ha subrayado la necesidad de contar con “un claustro bien seleccionado, con una clara vocación investigadora, pasión por enseñar, en permanente formación, exigido y reconocido, junto a estudiantes exigidos al entrar y durante su formación, y un sistema institucional y de servicios que cree espacios para la investigación y el aprendizaje, para las relaciones personales y el desarrollo individual y un sistema de cooperación en pos de objetivos comunes”. En este sentido, el rector de la Universidad Loyola ha expresado que para que las universidades persigan la calidad de manera que el sistema sea de calidad solo puede hacerse “evaluando y haciendo que compitan”.
Para finalizar su discurso, el rector ha asegurado que “la Universidad Loyola, que hoy celebra los diez años de su inicio de actividades, es hoy una universidad de calidad, avalado por los datos todos los años desde que aparecemos en las estadísticas”. Así, ha indicado que Loyola es hoy “la tercera universidad privada de España por productividad científica de su claustro, y por encima de tres universidades andaluzas en productividad por PDI a tiempo completo.
Asimismo, la apuesta de Loyola por la excelencia académica se plasma en la mejor tasa de rendimiento académico de las universidades andaluzas tanto en Grado (91,6% Ratio de los créditos aprobados sobre los matriculados por los estudiantes), como en Máster (98,97%). En el ámbito de Grado, la Universidad Loyola se sitúa 8,5 puntos porcentuales por encima de la media andaluza, mientras que, en el de Máster, queda 10 puntos porcentuales por encima de la media del resto de las universidades de Andalucía, según el último Informe “Las universidades españolas. Una perspectiva Autonómica 2021” publicado por la Fundación CYD.
Esta calidad en la formación se traduce, asimismo, en las tasas de empleabilidad más altas en Andalucía y en el hecho de que es la primera universidad andaluza en volumen de estudiantes en programas de movilidad internacional (11,83%, de matriculados totales, 5,6 puntos porcentuales por encima de la siguiente en Andalucía) y la tercera en España. Además, Loyola es la universidad andaluza con mayor porcentaje de docentes de procedencia extranjera (5,02%, dos puntos por encima de la siguiente en la Comunidad Autónoma).
De este modo, ha concluido que “en Loyola, la calidad, por los datos que reflejan lo que hacemos, no es un discurso de su rector, es un logro de toda su comunidad universitaria y del concepto de universidad que se está desarrollando. En Loyola estamos haciendo una buena universidad, que mejorará cada año porque tiene una cultura de la exigencia y de la colaboración que no va a perder, porque es un imperativo de la institución que la inspira y la promueve, la Compañía de Jesús”.
En la celebración del acto solemne de apertura oficial de este décimo curso en la Universidad Loyola han estado presentes la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Dos Hermanas, Dña. Basilia Sanz Murillo, y el secretario general de Investigación e Innovación de la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía, Pablo Cortés Achedad, entre otras de autoridades académicas, civiles y militares, y miembros de la comunidad universitaria.
El acto se inició con la celebración de la Eucaristía en la capilla del Campus, presidida por Arzobispo de Sevilla, Mons. José Ángel Saiz Meneses, y concelebrada por Jaime Oràa SJ, Enrique Sanz SJ; José María Valverde SJ, Ildefonso Camacho SJ, Gonzalo Villagrán SJ, Sergio Soto SJ, José Ignacio Vitón SJ.
Lección inaugural
El rector de la Universidad Pontificia de Comillas, Enrique Sanz SJ, ha comenzado su lección inaugural “recordando y agradeciendo el trabajo de colaboración que realizan miembros de nuestras universidades Loyola y Comillas en diversos ámbitos: docente e investigador, de identidad y misión, de transformación digital, etc.”
Durante su intervención, el rector de Comillas ha desgranado los retos de las universidades de la Compañía de Jesús en el s. XXI. En este sentido, en primer lugar, ha asegurado que “todos los que trabajamos en las instituciones universitarias de la Compañía de Jesús estamos invitados a realizar nuestra tarea desde la caridad, una caridad que sea signo distintivo no solo del yo sino del nosotros en plural”.
Sobre este “nosotros” ha querido subrayar la conexión entre el buen trabajo que una universidad puede hacer para la sociedad y el que puede hacer si forma parte de una red. En este sentido, ha afirmado que “una red puede ciertamente multiplicar a una universidad; ahora bien, una red no debe nunca debilitar o disminuir el enorme potencial que encierra un centro de enseñanza superior de la Compañía de Jesús”.
Con el estudiante como centro y razón de ser de nuestras instituciones, el jesuita Enrique Sanz ha indicado que “el curso que hoy comienza pone delante de nosotros un importante reto que compartimos con otras universidades de la Compañía de Jesús en el mundo: trabajar para derrotar a la fragmentación, la superficialidad, la instrumentalidad, el populismo, la polarización y la postverdad. Un importante reto al que tendremos que responder con inteligencia, creatividad, generosidad, paciencia y resistencia en estos ámbitos: docente, de investigación, de emprendimiento e inserción laboral, y de formación integral. Ello es lo que ciertamente configura esa oferta formativa que queremos ofrecer a nuestros estudiantes del siglo XXI”.
Informe del Curso 21/22
En su informe sobre la actividad desarrollada durante el curso 2021/2022 por la Universidad Loyola, el secretario general, Pedro Pablo Pérez, ha señalado que, en el ámbito docente, se impartieron 15 grados oficiales simples, 12 grados dobles, 1 grado propio y 2 grados eclesiásticos, así como 9 másteres oficiales, 7 másteres propios, 1 máster eclesiástico,7 másteres dobles y 4 programas de doctorado.
Durante el que fue el noveno curso de la universidad el número total de estudiantes matriculados en estudios de grado ascendió a 3.283, a 555 en máster, 62 en doctorado y 121 en programas de executive. Así, la cifra total de alumnado matriculado con carácter regular en los estudios impartidos desde la Universidad Loyola fue de 4.021.
En el capítulo de internacionalización, en el curso 2021/2022 la universidad acogió a un total de 593 alumnos procedentes de otras universidades que se matricularon en estudios oficiales, y 349 estudiantes de Loyola completaron su formación en universidades extranjeras.
Por otro lado, en el ámbito de empleabilidad y emprendimiento, el secretario general ha indicado que la Universidad mantiene un total de 2.628 convenios de prácticas con empresas, habiendo firmado 450 nuevos convenios durante el pasado curso académico. Además, 1.141 alumnos de grado y 451 de posgrado hicieron prácticas en empresas nacionales e internacionales durante el curso 2021/2022, con una duración media de 2,36 meses en el caso de grados y de 2,96 meses en posgrado. Asimismo, se han gestionado más de 269 ofertas de empleo y se han impulsado y tutorizado 193 proyectos emprendedores.
Por lo que se refiere a la investigación, uno de los ejes centrales de la Universidad, Pedro Pablo Pérez, ha destacado que la producción científica se ha traducido en la publicación a lo largo de 2021 de 321 artículos indexados JCR, Scimago y otros índices.
Pérez ha señalado que, en este contexto de educación integral, ocupa un lugar preferencial el Servicio Evangelización y Diálogo cuyo objetivo es promover los valores evangélicos de la espiritualidad ignaciana que se reflejan en la Universidad Loyola. En este contexto de pandemia, el servicio ha realizado un importante esfuerzo para mantener en modalidad presencial-virtual sus actividades y experiencias formativas en los campos de la espiritualidad, el voluntariado y el diálogo. En datos: 280 personas de la comunidad universitaria activamente implicados en participar/conocer la espiritualidad ignaciana, 230 participantes en actividades de voluntariado y ecología y 226 participantes en las actividades de diálogo.
Finalmente, la Fundación ETEA-Instituto de Desarrollo de la Universidad Loyola, desarrolló 28 proyectos de cooperación y transferencia de conocimiento en 13 países de Europa, Centroamérica, América del Sur y el Caribe, con un volumen de fondos gestionado de 1,2 millones de euros.