El pasado miércoles 13 de octubre tuvo lugar la primera sesión del ciclo formativo titulado “Realidades Silenciadas” con el que el CMU Loyola quiere abordar cuestiones problemáticas (como el suicidio, la eutanasia, la relación con la comida, la iniciación a las drogas, la pornografía en internet, etc.) que forman parte de nuestra vida (personal o social), de las que cuesta hablar, pero que es esencial hacerlo porque conllevan sufrimiento para muchas personas, y porque en realidad están ahí, a nuestro alrededor, aunque la mayoría de las veces se oculten.
La primera sesión del ciclo ha contado con la presencia de Virginia Cagigal, directora de la UNINPSI y profesora de psicología en la Universidad Pontificia Comillas, que ha ayudado a clarificar qué son las relaciones tóxicas y cómo detectarlas en diversos ámbitos: la amistad, la pareja, la familia, el trabajo, etc. Algunos colegiales habían preparado previamente preguntas y sugerencias y se las habían hecho llegar días antes para que pudiera enmarcar su presentación, que ha despertado interés y ha tenido una buena acogida, con alrededor de un centenar de colegiales, en un clima de diálogo continuo.
En la resolución de situaciones problemáticas es fundamental descubrirlas, ponerles nombre, favorecer el diálogo y entre todos buscar vías de solución y de cambio. Y este es el sentido de esta formación que tiene como finalidad la prevención y la concienciación, así como la mejora de las relaciones entre los propios colegiales favoreciendo debates y temas de conversación en los que esté implicada la vida.
Una de las novedades de la propuesta es que ha sido impulsada conjuntamente por el equipo de Pastoral y el del programa de Entorno Seguro al constatar intereses comunes: la Pastoral porque tiene como vocación, entre otras cosas, impulsar, proponer y apoyar iniciativas en las que podamos encontrarnos todos, que nos interesen a todos y que nos ayuden a una buena convivencia (ya que la fe nos anima a la contribución del bien común y de todo lo que nos haga más humanos); y Entorno Seguro (que, además de la figura del responsable, que en el caso del Loyola es el Jefe de Estudios, cuenta con la colaboración de un equipo de colegiales para su implementación), como parte de su objetivo de generar y fomentar espacios, actividades y relaciones seguras en cada una de las obras de la Compañía de Jesús. Todo ello desde la convicción de que un modelo de trabajo colaborativo favorece la identidad y misión compartida ignaciana.
*Información extraída de Infosj.