Los estudiantes utilizan las tecnologías más sofisticadas desarrolladas en el CERN para diseñar nuevos productos y servicios. Un total de seis equipos, compuestos por estudiantes de ESADE Business School, el Istituto Europeo di Design (IED) de Barcelona, y la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), han participado en una nueva edición del programa Challenge Based Innovation (CBI). Por quinto año consecutivo, han colaborado en este proyecto, desarrollado por IdeaSquare@CERN y por el Departamento de Innovación de la Organización Europea para la Energía Nuclear (CERN), aportando soluciones que generen un impacto positivo en los ámbitos de la igualdad de género, la educación, la salud mental, el derecho al agua potable, el acceso a la energía y la seguridad alimentaria.
Nueve estudiantes del Full-Time MBA de ESADE Business School; nueve estudiantes de los títulos superiores de Diseño y Design Management del IED Barcelona, y nueve estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicación de Barcelona (ETSETB) de la UPC, concretamente del Grado en Ingeniería de Tecnologías y Servicios de Telecomunicación y del Máster en Ingeniería de Telecomunicaciones, son los que han participado en esta edición. Estas tres instituciones de educación superior son los únicos centros españoles que participan en el CBI, un programa de formación experimental sobre innovación, abierto a universitarios de todo el mundo y destinado a acercar la ciencia a la sociedad.
Agrupados en equipos multidisciplinarios, los alumnos han experimentado cómo convergen sus tres áreas de formación para crear soluciones innovadoras con el objetivo de mejorar y fomentar el desarrollo positivo de la humanidad. Para ello, cada grupo ha identificado qué reto quería afrontar a partir de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. En esta ocasión, las propuestas se han centrado en temas como la gestión y la calidad del tiempo dedicado a las conexiones en las redes sociales, la eliminación de las desigualdades de género en la conciliación familiar, la reutilización del agua residual de los hogares convirtiéndola de nuevo en un recurso 100 % potable, el acceso a la educación de las poblaciones nómadas en Nigeria, el derecho de toda la sociedad a tener acceso a los sistemas de calefacción o la necesidad de conocer la calidad de los alimentos durante su transporte y antes de su comercialización. Tras meses de trabajo entre Barcelona y Ginebra, donde han estado en contacto con científicos del CERN, los estudiantes han logrado generar propuestas innovadoras a partir de sistemas de tracking digital, electrónica impresa, realidad aumentada o conectividad vía satélite. El resultado son seis proyectos que ponen de relieve cuáles son las necesidades reales de nuestra sociedad y que aportan soluciones que contribuirán al desarrollo de la humanidad.
Seis soluciones para seis retos mundiales
El equipo de alumnos Schröndiger ha creado Totem, un dispositivo centrado en mejorar la gestión y la calidad del tiempo regulando nuestras conexiones en las redes sociales. En un momento en que los algoritmos parecen incidir cada vez más en las relaciones y las conductas humanas, este grupo de estudiantes quiere abogar por un buen uso de las nuevas tecnologías mediante un doble dispositivo que, operando en casa y en la calle, avisa de los quehaceres importantes de cada usuario. La aplicación estudia la naturaleza y las potencialidades del usuario, y le indica cuáles son los eventos, las actividades o las iniciativas para poder disfrutar de un tiempo de calidad, efectivo y saludable. El objetivo es alejar al usuario de dinámicas y hábitos adictivos, generados por el uso obsesivo e inconsciente de las redes sociales.
The Leaf Project, una pizarra-tablet que ofrece un sistema educativo para la población nómada de Nigeria, es la solución del equipo Tyson. Pensando en los jóvenes de 6 a 12 años de este colectivo, que en los períodos de la trashumancia no acuden a la escuela durante seis meses, se ha diseñado un dispositivo que les permite proseguir su educación gracias a la energía solar. La propuesta se basa en diferentes tarjetas SD que contienen ejercicios clasificados por nivel educativo de materias básicas como la lengua o las matemáticas. El sistema integra un sistema de autoevaluación offline para realizarlos y otro online por satélite para poder transmitir los ejercicios al colegio y seguir formando parte del sistema educativo.
El equipo Kaya busca fortalecer los compromisos en la pareja para evitar desequilibrios en las responsabilidades compartidas. Para ello, ha creado We Be, un dispositivo que es entre una joya y una pieza tecnológica (wearable) que llevan ambos miembros de la pareja y que detecta y visibiliza sus niveles de tensión y estrés. Esta propuesta anuncia y comunica la situación de desequilibrio y ayuda a aliviar las tensiones y a contribuir en la gestión de las tareas. Es una solución que trata de acabar con las desigualdades de género y favorecer la convivencia familiar.
El cuarto proyecto, ideado por el equipo Mercalli, ha investigado de qué modo se puede reutilizar el agua residual de los hogares, convirtiéndola en un nuevo recurso 100 % potable. Para ello, ha creado Water Wall, un sistema doméstico de gestión del agua consistente en un depósito que contiene tres filtros: uno de arena, otro de carbón activo y otro de plasma. Con estos filtros, se quiere reutilizar un 80 % de las aguas grises y, al mismo tiempo, analizar el comportamiento del usuario, el consumo de agua y su calidad. Además, plantean que, a través del uso de tecnología de Internet de las Cosas, Water Wall sea un nuevo sistema para limpiar el agua y que esta pueda venderse a empresas u otros destinatarios y generar un beneficio económico para el usuario.
El equipo OHM se ha centrado en el derecho de toda la sociedad a tener acceso a los sistemas de calefacción. El diseño propuesto parte de la premisa de calentar a las personas, y no los espacios. Muchas personas mayores con bajo poder adquisitivo que viven en entornos fríos –y, en muchas ocasiones, solas– necesitan un sistema de calefacción durante el invierno. Bwarm es un lector de temperatura para el hogar que genera mapas de calor y detecta al usuario y sus necesidades. Mediante un foco de infrarrojos ubicado en el techo de la casa con capacidad de giro y enfoque, este dispositivo se orienta al usuario y le proporciona el calor que necesita para su bienestar.
FRUIoT es un servicio que permite conocer el estado de los alimentos antes de su comercialización utilizando unas etiquetas inteligentes. Tener la certeza de que se mantiene la calidad de los alimentos durante su transporte y su origen, es una de las grandes preocupaciones actuales de las distribuidoras y las cadenas comerciales. Ante esta problemática, el equipo Gell-Man ha propuesto un sistema que, mediante unas etiquetas electrónicas, permite analizar, seleccionar y separar los alimentos con sistemas de tracking, y hacer un seguimiento de las condiciones ambientales, físicas y de polución en que se hallan para garantizar su calidad antes de llegar a las tiendas. De esta manera, las grandes distribuidoras y las cadenas comerciales pueden asegurar al consumidor final unos alimentos de calidad y nutritivos, e informarles del origen y del recorrido que estos productos han tenido hasta llegar a la mesa.