Diez años de colaboración entre la Escuela de Ingeniería Agrícola (INEA) y el Ayuntamiento de Valladolid y la pasada semana se celebró, una campaña más, el acto de entrega de nuevas parcelas a los mayores de 60 años. Después de tanto tiempo trabajando juntos en este proyecto social, este acto es más bien un encuentro distendido que una ceremonia protocolaria. De este recurso de los huertos ecológicos ya han disfrutado unas 800 personas desde sus inicios y cada uno con una historia que comparte con quienes se acercan hasta la finca de INEA. Comienza la campaña 2014 y el alcalde de Valladolid, la concejala de Bienestar Social y el director de Inea entregaron las 36 parcelas a quienes les ha tocado en el sorteo. La condición es que la labor es para beneficio propio. Tan sólo en el mercadillo ecológico y solidario, que este año se celebra el 29 de agosto, se venden los productos con fines benéficos.
Desde la escuela se ha trazado un perfil del hortelano, gracias a un estudio que se presenta en los congresos para compartir experiencias de proyectos urbanos como éste. Félix Revilla ha explicado que en su mayoría tienen entre 61 y 70 años, cerca del 60% proceden de trabajos vinculados a la industria con una motivación principal: divertirse en tiempo de ocio, mantenerse sano y activo, para comer alimentación propia, socializar y ayudar a los hijos.
Según el mismo estudio, los hortelanos calculan que se vienen a gastar entre 15 y 20 euros semanales para atender su parcela (una gran parte de esta cantidad se destina al transporte), pero en contrapartida, la mayoría cuantifica el ahorro en alimentos de entre 15 y 20 € en alimentos. Lo comido por lo servido.
Durante esta campaña 2014 se suma por primera vez el Banco de Alimentos Frescos, un recurso que permitirá a los hortelanos donar productos de la huerta para aliviar la situación de familias usuarias de Red Íncola. Según las estimaciones, las 435 parcelas de INEA –que ocupan una superficie de 4,5 hectáreas– producen alrededor de 170.000 kilos de hortalizas al año, y en muchas ocasiones, los propios jubilados están deseosos de entregar parte de su cosecha a familiares y solidariamente para el Banco de Alimentos Frescos creado con financiación de La Caixa.