Con ocasión de la visita oficial a la Congregación para la Cultura y la Educación, el rector de la Universidad de Deusto Juan José Etxeberria, acompañado del decano de la Facultad de Teología, Francisco José Ruiz Pérez, tuvieron la oportunidad de ser recibidos el pasado 8 de abril en audiencia privada por el Papa Francisco.
El objetivo de este encuentro fue darle a conocer el momento que vive la Universidad, los retos por los que pasa Deusto como institución de la Iglesia en el ámbito universitario y la comunidad universitaria que constituimos como responsable de la misión. A la pregunta del rector sobre qué mensaje transmitiría a toda la Universidad, después de un par de segundos para pensárselo, las palabras del Papa fueron estas: “Que no pierdan la alegría”. Confesó que es lo que se le había ocurrido al calor de su conversación ya que “la tristeza es una neblina del alma que no conduce a nada”.
El rector señala que el Papa es consciente de que el momento actual aturde la esperanza en muchas personas e instituciones, empezando por los jóvenes y anima a que “no pierdan el humor, por favor”. Pidió en esos momentos un ejemplar de Gaudete et exsultate, su exhortación apostólica de 2018, donde en una de sus notas tiene reproducida una conocida oración de Tomás Moro, que el Papa confesó “rezo desde hace 40 años” y que, de hecho -según cuenta Juan José Etxeberria-, la leyó en voz alta, como si la quisiera hacer también «nuestra» oración:
«Concédeme, Señor, una buena digestión, y también algo que digerir.
Concédeme la salud del cuerpo, con el buen humor necesario para mantenerla.
Dame, Señor, un alma santa que sepa aprovechar lo que es bueno y puro, para que no se asuste ante el pecado, sino que encuentre el modo de poner las cosas de nuevo en orden.
Concédeme un alma que no conozca el aburrimiento, las murmuraciones, los suspiros y los lamentos y no permitas que sufra excesivamente por ese ser tan dominante que se llama Yo.
Dame, Señor, el sentido del humor. Concédeme la gracia de comprender las bromas, para que conozca en la vida un poco de alegría y pueda comunicársela a los demás.
Así sea.»
Durante su estancia en Roma, el rector tuvo otros encuentros con altos funcionarios de la Curia romana y de la Compañía de Jesús como el rector de la Universidad Gregoriana, Mark Lewis, y John Dardis, director de la Oficina de Comunicación de la Curia General de los jesuitas.