Del 27 al 29 de enero se ha celebrado Más Que Economía en el Centro de Espiritualidad San Ignacio de Salamanca. Este es el cuarto “Encuentro Más Que” que venimos celebrando en el curso, en el que jóvenes trabajadores y estudiantes de UNIJES y de la Red MAG+S con el nexo común de su fe y orientación profesional, buscan ahondar en su vocación para vivirla plenamente.
A continuación María Bley (U. Ramón Llull- IQS) y Ana Botija (U. Loyola) nos comparten su experiencia:
Este fin de semana nos reunimos un grupo de jóvenes: trabajadores y estudiantes de UNIJES (Deusto, IQS, Loyola y Comillas) y de la red MAG+S, junto con un equipo de acompañantes (Jaime Badiola SJ, Jaime Balaguer, Teo Mellén, Carmelo Renobales y Raquel Sanz) para vivir el Encuentro Más Que Economía.
Esta experiencia nos ha permitido compartir proyectos, inquietudes, metas, dudas, preguntas desde la fe y nuestra vocación económica y empresarial. Pero sobre todo nos ayudó a integrar la Espiritualidad Ignaciana en nuestra vida profesional y personal.
Empezamos la jornada profundizando desde el Evangelio en aquellos ‘talentos’ que Jesús nos ha confiado y que queremos ofrecer y poner al servicio de los demás. Pero también, reconociendo las debilidades que nos acompañan. Y todo ello intentando responder a la pregunta: ¿Quién soy yo?
Después de disponernos ante el Señor, hicimos un taller que nos permitió darnos cuenta de que los ideales y nuestros valores cristianos a veces se confrontan con situaciones delicadas que nos encontramos en el mundo laboral. Sin embargo, llegamos a la conclusión que, ante todo, lo importante es promover un entorno con calidad humana al estilo de Jesús.
Además, tuvimos la suerte de contar con los testimonios que nos ofrecieron Raúl Rico, María Méndez y Juan Barbed, que desde la empresa, la cooperación y el emprendimiento social nos han inspirado y animado a encontrar aquello que realmente nos mueva y nos llene, intentando dejar de lado los miedos que tanto limitan nuestra vida. Nos llevaron a plantearnos la pregunta de por qué hacemos realmente las cosas, y si podemos estar tomando la decisión desde el miedo o por satisfacer expectativas ajenas. También nos invitaron a preguntarnos, desde nuestro autoconocimiento, a qué estamos llamados. Gracias a los tres por ser un ejemplo, por vivir vuestra fe en lo cotidiano.
En estos días hemos conocido más la Espiritualidad Ignaciana y cómo aplicarla a la economía y al entorno laboral. Partiendo de la vida de San Ignacio de Loyola, pudimos ver claves para poder afrontar situaciones difíciles en la vida y en nuestra profesión, manteniéndonos firmes en nuestros valores y principios a pesar de los retos que se presenten. Nos llevó a plantearnos cuestiones que eran muy necesarias, que a veces no nos paramos a pensar y continuamos viviendo de modo automático. Sobre todo, hemos sido conscientes que muchas veces estas infinitas preguntas no tienen una respuesta concreta, pero durante el fin de semana hemos podido alcanzar una paz con la que afrontarlas. La paz de saber que está Jesús al lado acompañándonos en cada paso, y que no podemos cambiar toda nuestra vida con una sola decisión. Eso sí, podemos empezar, ya que siempre hay salida.
Sin duda alguna, salimos con las pilas recargadas, llenos de esperanza y habiendo conocido a personas talentosas que también se encuentran en nuestra misma situación. Por ello damos gracias a Dios, por todo lo que hemos aprendido en este encuentro.
También estamos muy agradecidos a las personas que nos han acompañado y a todos los que lo han organizado y han hecho posible disfrutar de esta experiencia en unas condiciones perfectas para que los frutos hayan sido tan increíbles.
Nos lo llevamos en el corazón: “No dejes de brillar por querer encajar”.