IQS School of Management, en colaboración con Casa Asia, organizaron una mesa redonda para analizar los retos de la economía china y cómo pretende quitarse la etiqueta de potencia industrial y liderar los servicios y el sector terciario.
El debate se llevó a cabo en el marco del 1st Workshop on the Chinese Development Model, liderado por IQS, con la voluntad de organizar más ediciones y convertirse en referente internacional en la temática. El workshop ha contado con 4 sesiones plenarias, protagonizadas por 3 Keynote Speakers, y 22 ponencias sobre diversos temas en relación con la economía china. Un evento de dimensiones internacionales, 85% de los participantes con perfiles internacionales, que contó con la asistencia del Cónsul General de China en Barcelona, el vicecónsul de China, el director de Programas Económicos de Casa Asia, el coordinador de Programas Económicos y Cooperación de Casa Asia, y el presidente de la Asociación Económica China en Europa y Reino Unido.
Jack W. Hou, profesor de Economía en la Universidad de California y uno de los académicos intervinientes en la mesa redonda, reflexionó sobre el sistema educativo chino y consideró que los jóvenes educados en el gigante asiático tienden a carecer de la capacidad creativa necesaria para crear proyectos empresariales innovadores.
“La educación en China es muy diferente, la innovación no se enseña a los niños desde pequeños, pero sí la productividad. Necesitamos cosas diferentes, hay grandes empresas como Alibaba o TikTok que realmente no han inventado nada, sino que han mejorado otros formatos. Cuando somos pequeños nos enseñan a obedecer a nuestro padre y más tarde a nuestros profesores. Hay que cambiar eso, debemos pensar por nosotros mismos para ser imaginativos y creativos, y actuar contra lo establecido para crear cosas nuevas”, dijo el profesor Hou.
En la mesa redonda también intervinieron la profesora Barbara Fraumeni, de la Universidad Central de Finanzas y Economía de China, y Tony Fang, profesor de la Universidad Memorial de Newfoundland.
La profesora Fraumeni quiso destacar lo competitiva que es la educación en China y lo difícil que resulta destacar entre millones de personas que buscan el mismo objetivo: “El nivel de la educación es realmente alto. Creo que es necesario que los alumnos se enfoquen en los estudios. Muchos tienen que trabajar y les es imposible compatibilizarlo todo teniendo en cuenta que hay una competencia muy grande para conseguir los mejores puestos de trabajo en un futuro”, comentó.
El profesor Hou señaló un problema de base en el sistema educativo, que es la falta de vocación que tienen muchos estudiantes, y que en su opinión se debería revertir: “China no invierte en estudios vocacionales, en las escuelas superiores técnicas, ni en educación vocacional tecnológica. Es un problema cultural, somos muy tradicionales y no apostamos por la vocación. Allí no existe un ‘vocational college’ en el que te puedes especializar y elegir lo que quieres hacer; todo es demasiado rápido”, dijo. En esta línea, el profesor Tony Fang cree que es muy importante que los jóvenes chinos se marchen a otros países a aprender nuevos métodos diferentes a los de China: “El gobierno ha optado por formar a sus estudiantes en otros países. Pese a ello, hay muchos que no vuelven, algunos acaban trabajando en Silicon Valley o en universidades prestigiosas de todo el planeta. Ahora las empresas locales empiezan a captar el talento de otros países, pero la idea principal era la de que sus estudiantes mejoren en el extranjero y regresen. Por eso la educación es una inversión”, apuntó.
El profesor Fang destacó que cerca de 900 millones de personas usan internet en el gigante asiático, por lo que no se puede ignorar la importancia de este medio como catalizador empresarial y de generación de riqueza.
Los profesores Hou y Fang hablaron de la empresa Alibaba como ejemplo de compañía china que se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos y ha incorporado la tecnología para convertirse en una de las entidades más importantes del planeta en el mercado de compras online. Pese a ello, el profesor Hou destacó que Alibaba es uno de los ejemplos más claros de que las empresas chinas debían de ser innovadoras, ya que consideró que sus creadores no habían inventado nada nuevo, sino que habían adaptado un modelo de negocio que ya había funcionado en Occidente.
Tony Fang, por su parte, se mostró un poco en desacuerdo con esta afirmación y consideró que en China hay grandes empresas y profesionales muy capacitados para dar el siguiente paso que la economía china debe dar. Incluso habló sobre la comunidad china fuera del gigante asiático: “Son personas exitosas, que son capaces de colaborar entre ellos para conseguir que sus negocios funcionen bien en todo el mundo”, comentó Fang.