INEA celebró este lunes la tradicional fiesta de
san Isidro. Mucha alegría, la compañía de la concejala de Servicios
Sociales, Rafi Romero, y una eucaristía para celebrar el inicio de la
campaña 2022 de los Huertos Ecológicos y entrega las parcelas a los
nuevos jubilados del programa del Ayuntamiento de Valladolid y e INEA.
Hay 31 jubilados integrados en esta lista y otras 421 están ya
adjudicadas. Este proyecto integral tiene un eje central: el cuidado.
Cuidado de la tierra y cuidado de personas jubiladas que practican
agricultura ecológica; que recogen frutos para el consumo familiar; que
se forman, que revitalizan su tiempo libre, que guardan hábitos
saludables gracias al ejercicio físico y el encuentro.
Los
Huertos Ecológicos, con 17 años de vida, continúan creciendo a través de
nuevos proyectos ecológicos. La conexión de la escuela de INEA con
otras instituciones es clave. Por ejemplo, uno de ellos, Aumento de fijación de CO2 en la agricultura con prácticas de economía circular en huertos ecológicos,
recibe la subvención de Economía Circular de la Agencia de Innovación y
Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Valladolid. Consiste en la
elaboración del compost para los huertos resultante de restos de poda de
la ciudad de Valladolid junto con cenizas de Biomasa de la UVA y
estiércol. El objetivo es obtener un compostaje con la adición de
microorganismos eficientes para reducir las pérdidas de nutrientes y las
emisiones de gases de efecto invernadero. Este compost estará a
disposición gratuita de los hortelanos de INEA. Este proyecto incluye la
formación y promoción de buenas prácticas entre los hortelanos con el
fin de lograr la captación de carbono y reducir así su huella. Calculan
una captación global de 40.000 kilos de CO2 si se mantienen ciertos
hábitos: un suelo siempre cubierto de plantas; abonado con desechos
vegetales; mínimo volteo de la tierra; eliminación de fitosanitarios o
fertilizantes químicos, excluidos totalmente de las prácticas en INEA.
El segundo proyecto nace de la colaboración con la ONG GREFA (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat) para trabajar en torno al control biológico. El objetivo es disminuir las plagas mediante la acción de organismos vivos que actúen como depredadores o como refugio de los animales. Por ejemplo, una mariquita se alimenta de pulgón y las rapaces, de topillos. Estos deben conservar el hábitat donde refugiarse. Este proyecto se plantea como un trabajo voluntario para los estudiantes de Grado durante varios cursos.
A la vez, entre la comunidad de hortelanos se instauran poco a poco prácticas encaminadas al cuidado de este espacio natural. El técnico responsable, Samuel Alonso, promueve el consumo justo de agua. El sistema de riego por goteo, del que van conociendo sus ventajas, toma su energía de placas solares y solo funciona en las horas de día para un mejor control del consumo de agua. Además, en un apartado de las parcelas se depositan residuos vegetales para animar a la elaboración del compost. En los Huertos Ecológicos todo ayuda para conservar este lugar privilegiado.