Deusto: Informe sobre el injusto padecimiento de policías, guardias civiles y sus familiares por el terrorismo de ETA

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Responsables del Instituto de Derecho Humanos Pedro Arrupe de Deusto y el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco han presentado el Informe sobre la injusticia padecida por los integrantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como sus familiares, a consecuencia del terrorismo de ETA (1960-2011). Este trabajo ha sido realizado por los investigadores del citado Instituto: José Ramón Intxaurbe, Gorka Urrutia y Trinidad L. Vicente, tras la petición realizada a comienzos de 2020 por el Gobierno Vasco.

Para realizar la investigación se ha entrevistado a personas pertenecientes a la Guardia Civil y al Cuerpo Nacional de Policía en diferentes etapas, así como a otros familiares de agentes. Entre los datos cuantitativos obtenidos, el documento refleja que ETA asesinó en ese periodo a 357 personas: 207 (58%) guardias civiles o exguardias civiles, y 150 (42%) del Cuerpo Nacional de Policía. Asimismo, en el caso de los guardias civiles y debido a los reiterados ataques a las casas cuartel, 17 personas de sus familias murieron en diferentes atentados, dos de ellas adolescentes y 11 niños y niñas. Por último, los atentados cometidos por ETA dejaron 711 personas heridas; el 43% de ellas, con lesiones que provocaron una incapacidad permanente total.

“La amenaza que ETA lanzó contra las personas integrantes de las Fuerzas del Orden Público alcanzó a todas las vertientes del desempeño profesional y a todos los ámbitos de vida privada y familiar, contribuyendo, mediante la intimidación colectiva, a que quienes integraban el cuerpo, así como por extensión a sus familias, quedasen expuestos a una situación de aislamiento social”. Esta es la primera de las conclusiones obtenidas por los profesores, quienes también apuntan a que “esta situación resulta intolerable desde una sensibilidad democrática y de respeto por la diversidad social”.

En el documento se reconoce que la situación “no tiene cabida en una sociedad democrática, puesto que supuso la vulneración sistemática de derechos fundamentales reconocidos no solo en el ordenamiento jurídico español sino también en los principales textos normativos de derecho internacional”. En este capítulo se citan expresamente vulneraciones en el derecho a la integridad física y moral, a la vida, a la libertad y seguridad, a la circulación y a la libertad de residencia, a la educación, al libre desarrollo de la personalidad y a la dignidad de las personas.

Para llegar a esta afirmación, los profesores de la Universidad de Deusto entrevistaron a 14 personas, quienes ofrecieron unos testimonios muy detallados y, en ocasiones, íntimos sobre sus recuerdos y experiencias. Entre ellas había víctimas directas o bien familiares de víctimas mortales de ETA. Este grupo destacó el aislamiento social al que se vieron abocados: “Tener contactos y, mucho menos amistad, con gente de la tierra era poco menos que imposible”; “Yo vivía en un piso con dos compañeros. Nadie nos conocía en el bloque, teníamos que andar como furtivos”; “Yo lo viví como algo terrorífico, nadie podía saber lo que era mi padre porque si no lo podían matar”. Otra de las facturas que pagaron fueron las rupturas sentimentales o las quiebras familiares: “Estaba recién casado cuando me destinaron al País Vasco. Mi exmujer no me quiso acompañar, tenía miedo. Al cabo de tres meses acabamos separados”.

“Las personas entrevistadas echaron en falta una mayor empatía del conjunto de la sociedad hacia su condición y sufrimiento, al tiempo que expresaron un claro reproche a quienes ignoraban su padecimiento bajo la premisa del algo habrán hecho”, se recoge en el estudio.

Este Informe es el último de los estudios realizados por el Instituto de Derechos Humanos Pedro Arrupe, tras los ya publicados sobre personas amenazadas; el colectivo de agentes de la Ertzaintza; la política penitenciaria de alejamiento en las familias de personas presas, y concejales y sus familias.

Lee el informe completo aquí.