Con motivo de la presentación de la Estrategia Nacional de la Inteligencia Artificial del Gobierno de España, la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, ha afirmado que ésta busca proveer a nuestra sociedad con “una estrategia en que la inteligencia artificial pueda llegar a ser una fuente de creación de valor social y económico, de progreso y de empleo de calidad.” Para ello, ha señalado, “es necesario que el desarrollo tecnológico se lleve a cabo bajo principios éticos y con garantías para los derechos sociales.” Son algunas de las principales ideas que se desprenden de su participación en la apertura del ciclo “Conversaciones“ del Foro de Humanismo Tecnológico de Esade que, durante tres jornadas consecutivas, ha reunido a expertos y académicos para reflexionar acerca del futuro ético de la revolución digital y cómo diseñar una ciberdemocracia basada en derechos digitales.
El director del Foro de Humanismo Tecnológico de Esade, José María Lassalle, ha señalado la importancia de “debatir acerca de cómo la inteligencia artificial puede hacernos más humanos, en vez de automatizar nuestras vidas y desproveernos de nuestra condición humana” y, en ello, el rol crucial que desempeña el humanismo tecnológico, como un “ámbito de reflexión crítica que busca contribuir al diseño de políticas públicas, aplicadas a la revolución digital, que coloquen la dignidad humana en el centro”.
En este ciclo de “Conversaciones” se han abordado aspectos tan fundamentales como la polarización política en el contexto de la democracia y su desestabilización como consecuencia del auge de los ciberpopulismos; el crecimiento de la economía de plataformas basadas en datos y algoritmos, y los desafíos que plantea en el ámbito de los derechos sociales y laborales; o la inteligencia artificial y la automatización en nuestras sociedades, con grandes desafíos para la educación y la cultura. [