La visita del P. Arturo Sosa por Andalucía, al llegar a Granada, ha contado con una visita y un encuentro en la Facultad de Teología.
En la primera parte de la mañana, los profesores, personal de administración y servicios y delegados de los estudiantes de la facultad, institución universitaria de la Iglesia, encomendada a la Compañía de Jesús, se han visto reconfortados por su misión en el mensaje que les ha transmitido el P. General. Con mucho énfasis, les ha agradecido su continuidad en este servicio a la Iglesia, que ha calificado de “valioso, gratuito y entregado, que viene realizándose desde hace ya más de 75 años”, y en condiciones no fáciles.
Ha pedido disculpas por la falta de reconocimiento que a menudo sufren aquellos que se dedican a la enseñanza de la Teología y ha valorado la capacidad de adaptación de esta facultad, buscando caminos atrevidos y creativos de futuro que ha ejemplificado en: el gran desarrollo de los estudios de Ciencias Religiosas para laicos y laicas del mundo educativo, los programas semipresenciales y on-line y el desarrollo de las relaciones internacionales. “Aquí hay pistas de por dónde puede estar el Espíritu llamándonos a avanzar como institución”, ha afirmado antes de insistir en que perseveren en el trabajo en red.
También ha destacado el carácter eclesial que caracteriza a esta Facultad que siendo obra de la Compañía acoge en su seno personas de muchos carismas: “Esta experiencia permite, precisamente, que trabajar y estudiar en la Facultad sea una auténtica experiencia de Iglesia en cuanto que se sigue con atención la vida y progreso de cada carisma, de cada realidad eclesial. Precisamente, esta experiencia de ‘sentir con los otros carismas’ ayuda a comprender y valorar mejor el propio, en nuestro caso comprender y valorar mejor el carisma ignaciano y jesuita”.
Ante preguntas de los asistentes ha respondido que el desafío de la Teología que enseña la Compañía es “convertirse en un ejercicio y praxis de reconciliación”. Considera el P. General que en el campo teológico se puede avanzar mucho en las relaciones con el Islam, así como en una reflexión coherente de la creación y la redención “que incorpore el cuidado de la casa común como algo intrínseco” y que muestre “el camino a la conversión ecológica”. También cree Arturo Sosa en una Teología que sea capaz de escuchar el grito de los pobres con la misma osadía que Jesús mostraba con sus parábolas, que “son una potentísima crítica social”. Y por último, una Teología que aborde el tema de los sobrevivientes de todo tipo de abusos. En síntesis, una Teología que, lejos del discurso triunfalista, sea memoria del Cristo al servicio de la humanidad y la justicia.