La nueva «Dogmática Ignaciana» se presentó en la Universidad Pontificia Comillas. Contó con la presencia del rector de Comillas, Julio L. Martínez, SJ; el editor de la obra, el Prof. Gabino Uríbarri, SJ, miembro además de la Comisión Teológica Internacional; el Prof. José Damián Gaitán de Rojas, OCD, escritor y especialista en Teología Espiritual, y el Prof. Juan Antonio Senent, director del Departamento de Humanidades y Filosofía de la Universidad Loyola Andalucía.
Recientemente en manos del papa Francisco, se trata de una publicación que es fruto del trabajo de un grupo de investigación de UNIJES, en concreto de Deusto, Granada, Comillas y el CSIC. Muestra los trazos de la impostación teológica de la experiencia espiritual ignaciana, a la vez que pone de relieve la dimensión espiritual de teología vivida en la espiritualidad ignaciana. Un volumen que cuenta con un prólogo del cardenal Luis F. Ladaria, SJ y en el que colaboran profesores de Comillas como Gabino Uríbarri Bilbao, SJ (editor); Pascual Cebollada, SJ; Ángel Cordovilla Pérez; Bert Daelemans, SJ; Luis María García Domínguez, SJ; Santiago Madrigal Terrazas, SJ; Nurya Martínez-Gayol Fernández, ACI; Ignacio Ramos Riera, SJ, y Pedro Rodríguez Panizo, entre otros.
En la presentación, el Prof. Uríbarri, editor de la obra, destacó que «teólogo es aquel que tiene una experiencia personal de Dios y es capaz de transmitirla a otras personas». En este sentido, san Ignacio es un verdadero teólogo que ha ayudado a una mayor relación con Dios y a sumergirse en el Misterio Trinitario. Aclaró, además, que esta nueva Dogmática Ignaciana se entiende desde dos énfasis: recabar de san Ignacio su dogmática vivida, a partir de los textos situados en su época, es decir, los acentos de esa experiencia de Dios vivida por Ignacio; y, segundo, las preguntas que surgen para la teología actual a partir de la experiencia que aparece reflejada en los escritos ignacianos. En esta Dogmática se acogen, articulan y entrecruzan ambas perspectivas.
El carmelita Gaitán de Rojas, por su parte, hizo hincapié en la conexión entre la dogmática y la espiritualidad, una conexión a veces olvidada y que permite que aquella no quede separada de la vida. «Nunca será superfluo para la teología -aseguró- escuchar a los maestros espirituales». Senent, que se definió no solo como profesor en una universidad jesuita, sino como laico partícipe de la espiritualidad ignaciana, ensalzó la importancia de una obra que aporta profundidad teológica a la vida cristiana. En efecto, subrayó, «la dogmática ignaciana es una verdadera riqueza dentro de la Iglesia. Obras así fecundan muchas búsquedas e investigaciones en diálogo con el mundo».
Para terminar, el rector no solo dio las gracias al editor y a los especialistas que han intervenido en la obra, sino que concluyó que, ciertamente, el título es pertinente. Y la definió como «una obra valiosa, que se enmarca en el conjunto de acciones, cada una de ellas valiosa en sí misma, que se realizan en nuestra Universidad Pontificia Comillas en torno a lo ignaciano».