UNIJES (Universidades Jesuitas de España), junto a la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL), manifiesta su preocupación por la crisis humanitaria en Venezuela y condena los actos de represión que el gobierno está ejerciendo sobre quienes legítimamente salen a las calles a manifestar su protesta ante esta situación. Somos testigos de cómo la intolerancia a la discrepancia y la militarización de la sociedad están cobrando valiosas vidas en ese hermano país. Muchas de esas vidas son de jóvenes universitarios y, por ello, nos duelen particularmente. Es el momento de alzar la voz para evitar que este escenario de muerte enlute aún más a nuestros hermanos venezolanos.
En ese sentido, AUSJAL y UNIJES se solidarizan con lo expresado por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) que, a través de un comunicado, exige al Gobierno venezolano “que cese la represión y la criminalización de las manifestaciones pacíficas mediantes las cuales el pueblo expresa su descontento y demanda cambios. Que cesen las detenciones arbitrarias y se cumpla el debido proceso y las garantías judiciales a todas las personas privadas de libertad en el marco de las manifestaciones recientes”. (http://www.ucab.edu.ve/)
El desconocimiento a la Asamblea Nacional y su bloqueo sistemático es inaceptable en una democracia. Invocamos a la clase política y al Gobierno de Venezuela a anteponer el bien de todos sus compatriotas al punto de vista particular y a resolver las discrepancias mediante el diálogo democrático y respetuoso de todas las posiciones. Demandamos a todos nuestros gobiernos y organismos internacionales que defiendan el Estado de Derecho, la institucionalidad democrática y el libre ejercicio de la ciudadanía en Venezuela. No más violencia. El derecho a la vida es el primero de todos y es deber de todos garantizarlo allí donde se encuentre en riesgo.
UNIJES y AUSJAL exhortan a la comunidad internacional y al pueblo latinoamericano a seguir las recomendaciones del papa Francisco de perseverar sin cansancio en la búsqueda de una solución sin violencia y a tener en cuenta lo expresado por la Conferencia Episcopal Venezolana de “nunca permanecer pasivos, acobardados ni desesperanzados”.