


El Dr. Alberto Núñez SJ, ha presentado en Esade su libro El Eslabón perdido de la Pedagogía Jesuita. El acto fue conducido por el Dr. Xavier Mendoza, antiguo director de Esade, y además del autor, intervinieron en la mesa redonda la Dra. Isabel Vilafranca, pedagoga, y el Dr. Oriol Quintana, delegado de Identidad y Misión de IQS.
Xavier Mendoza presentó el acto valorando en primer lugar cómo el libro de Núñez era relevante para el momento histórico, en particular en Esade. Recordó cómo esta escuela de negocios siempre veló para que su tarea tuviera un impacto social beneficioso, tal y como, según se lee en El Eslabón perdido, siempre pretendió la pedagogía jesuita. Y es que, según comentó a continuación Alberto Núñez, el autor, durante los largos años de implantación de la Ratio Studiorum -que es el objeto de estudio de su libro-, los rectores y provinciales informaban a los sucesivos generales, aún por encima de los aspectos estrictamente pedagógicos, sobre el bien que la implantación de escuelas jesuitas había causado en su entorno, ya fuera por sus obras de caridad como por su irradiación pastoral y de defensa de la fe.
Alberto Núñez habló de la motivación de su estudio: comprobar, durante los años previos a su ingreso en la Compañía, cuando era alumno de una universidad jesuita, cómo no era fácil detectar la especificidad jesuita de su facultad, y cómo, durante sus años de formación ya como miembro de la Compañía, siempre se interesó por lo específico de la pedagogía de los jesuitas. Su libro, pues, responde a la voluntad de conocer y dar a conocer lo más característico de ésta. Destacó Núñez que la Ratio Studiorum es a la vez un manual pedagógico y un plan de estudios, pero también un manual de gobierno en el que la metodología de los ejercicios puede encontrarse de forma clara, si bien implícita. Destaca la unidad de cada uno de los aspectos que la Ratio Studiorum describe, de manera que se logre una máxima coherencia en el propósito. La Ratio Studiorum, explicó Núñez, aún poniendo el aprendizaje de los alumnos en el centro, valoraba especialmente la ejemplaridad de los profesores, que debían convertirse en una inspiración para los alumnos. A los profesores les daba ocasión de mostrar sus conocimientos a través de controversias teológicas de alto nivel, a las que asistían todos los miembros del colegio; con ello, el sentimiento de comunidad educativa y el entusiasmo por el aprendizaje quedaba reforzado. En los antiguos colegios jesuitas se prescribían diversas expresiones artísticas, desde las composiciones literarias hasta las obras de teatro, con una clara idea de educación integral.
El autor explicó asimismo cómo la Ratio Studiorum se fue configurando en una época en la que los planes de estudio eran inexistentes, con lo que los jesuitas gozaron de total libertad de diseñar este particular plan pedagógico. Contrasta esa realidad histórica con nuestro presente, en el que los colegios y universidades tienen importantes constreñimientos, marcados tanto por los gobiernos como por las agencias de calidad privadas. Por ello, las instrucciones respecto al propósito de los colegios y universidades que han surgido del gobierno de la Compañía en los últimos decenios han sido menos específicos, menos detallados y más inspiracionales, abriendo el reto para las comunidades educativas de hoy de encontrar la manera de ofrecer una educación integral, humanista y cristiana como lo fue la Ratio Studiorum.
La Dra. Isabel Vilafranca y el Dr. Oriol Quintana reforzaron con sus intervenciones algunas de las ideas presentadas por el autor. La Dra. Vilafranca explicó cómo, gracias a la aportación de este libro, la Ratio Studiorum, a pesar de su antigüedad, aparecía como una propuesta fresca y con potencial renovador; el Dr. Quintana habló de cómo la Ratio Studiorum, con su insistencia en los clásicos, garantizaba una continuidad con la herencia cultural que las escuelas y universidades jesuitas tienen el reto de continuar.
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