La Universidad Loyola ha acogido en Sevilla y Dos Hermanas la Asamblea General de la Federación Europea de Universidades Católicas (FUCE) 2024. Al encuentro han acudido más de 60 rectores, vicerrectores y responsables de Internacionalización y Desarrollo Académico de universidades católicas europeas, latinoamericanas y asiáticas.
El objetivo de este encuentro ha sido reflexionar sobre el futuro de las universidades católicas en la era de la Inteligencia Artificial (IA) y sobre el papel que juegan en la formación y la educación actual, sin olvidar cuestiones tan importantes como la transparencia, el control, la rendición de cuentas, la regulación y la ética de la IA.
Durante tres días, los asistentes han participado en mesas redondas y se han reunido en grupos de trabajo para compartir conocimientos, experiencias y realidades múltiples y construir una respuesta común entre todas las instituciones presentes. También ha habido tiempo para la reflexión, el discernimiento en común y la cultura, con la visita al Centro Velázquez en Los Venerables, sede de la Fundación Focus-Loyola, o la asistencia a la misa de la octava del Corpus y al Baile de los Seises en la Catedral de Sevilla.
Asimismo, se ha conmemorado el centenario de la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC) con una mesa redonda final para compartir y reflexionar sobre los 100 años de internacionalización y cooperación entre los miembros.
Las universidades católicas forman personas por y para el servicio a la sociedad
En la inauguración, celebrada en el Hospital de los Venerables, sede de la Fundación Focus Loyola, estuvieron presentes Mons. Giovanni Cesare Pagazzi, secretario del Dicasterio para la Cultura y la Educación del Vaticano; Isabel Capeloa, presidenta de la FIUC y rectora de la Universidad Católica de Portugal; Mons. Teodoro León, obispo auxiliar de Sevilla; Michael Mullaney, presidente de la FUCE y rector de St. Patrick’s Pontifical University, Maynooth, Irlanda; y Fabio Gómez-Estern, rector de la Universidad Loyola.
Para el rector de Loyola, “si bien el desarrollo de la IA tiene el potencial de contribuir de manera positiva al futuro de la humanidad y la educación, existe un desajuste entre el desarrollo tecnológico y la responsabilidad, los valores y la conciencia humanos. El mundo de la educación todavía lucha por saber cómo responder al impacto educativo y ético de la IA y, como muchos acontecimientos en el pasado, no va a desaparecer. Los educadores tendrán que explorar cómo aprovechar su potencial como herramienta innovadora en un entorno académico para mejorar las habilidades y objetivos de aprendizaje de los estudiantes”.
En ese sentido, el papel de las universidades católicas se ha vuelto, si cabe, aún más importante en el panorama educativo a nivel mundial. En este sentido, Isabel Capeloa ha considerado que vivimos en un mundo lleno de desafíos y conflictos y las universidades deben actuar como estructuras de cohesión. “En particular, las universidades católicas tienen una misión aún más importante. Debemos trabajar todos juntos para ofrecer una educación basada en los valores morales y humanos. Además, debemos tener la capacidad de inspirar y de proyectar una imagen de optimismo a la sociedad”, ha completado la presidenta de la FIUC durante la inauguración.
Para Michael Mullaney el gran valor de las universidades católicas reside en la manera de educar a la sociedad. “Nos involucramos en la educación global de la persona, no únicamente su parte intelectual. No preparamos a las personas por un trabajo o un empleo, las preparamos para la vida”. También, ha querido destacar el importante papel que juegan las universidades católicas en Europa, “de unidad, inclusión e igualdad en una sociedad polarizada”.
Con respecto a la IA, la presidenta de la FIUC ha querido resaltar que “para las universidades y para la sociedad en general, la IA ofrece posibilidades de crecimiento y desarrollo, ya que permite analizar una gran cantidad de datos. Pero también tiene riesgos como concentración de poder o deshumanización. Desde las universidades católicas, debemos estar ahí para recordar la ética y la moral”.
Internacionalización en la Universidad Loyola
La internacionalización es una prioridad para la Universidad Loyola, que la conecta con el resto del mundo y le permite ofrecer todo tipo de oportunidades de formación, de intercambio, investigación y de innovación docente a sus estudiantes, profesores, investigadores y personal. Loyola forma parte de una red mundial jesuita de más de 190 instituciones de educación superior alrededor del mundo con una trayectoria y prestigio inequívocos, que avalan nuestro carácter social.
La Universidad Loyola cuenta ya con más de 250 acuerdos de asociación con otras universidades de todo el mundo, así como con más de 450 programas internacionales de intercambio de estudiantes y algunos grados dobles con universidades norteamericanas, y pertenece a diversas redes internacionales como: la Red Kircher (Educación Superior Jesuita en Europa y Cercano Oriente), la Asociación Universitaria Europea (AEU/EUA), la Federación de Universidades Católicas Europeas (FUCE), la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas (IAJU), la Asociación Internacional de Escuelas de Negocios Jesuitas (IAJBS), la Asociación Internacional de Escuelas de Ingeniería Jesuitas (IAJES), y la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC).
Más información en: www.uloyola.es
Sobre FUCE
La Federación de Universidades Católicas Europeas (FUCE) fue creada en 1991 con la convicción de poder ofrecer una nueva contribución a la red de universidades católicas, avanzando en el camino positivo de la integración europea.
A finales de los años 1990, la FUCE realizó un estudio comparativo que reveló la riqueza y los puntos en común entre las diferentes universidades católicas de Europa, lo que señaló la necesidad de fortalecer los vínculos existentes, incluso después de la implementación del Proceso de Bolonia, que, desde junio de 1999, tenía como objetivo hacer comparables las cualificaciones académicas de las universidades europeas y fomentar la movilidad de estudiantes, profesores e investigadores.
La FUCE reúne a universidades católicas de Europa y Líbano.
Sobre FIUC
La Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC) reúne 207 instituciones de educación superior católicas de 56 países diferentes de los cinco continentes. Se creó bajo el liderazgo de la Universidad Católica del Sacro Cuore (Milán, Italia) y la Katholieke Universiteit Nijmegen (Nijmegen, Países Bajos), las cuales, en 1924, hicieron los primeros esfuerzos para reunir universidades católicas en una sola Federación. En 1925, durante la reunión del Instituto Católico de París, catorce instituciones estuvieron representadas en una primera Asamblea General. En 1927, se publicó el primer directorio de universidades católicas. Sólo después de la Segunda Guerra Mundial despegó la Federatio Universitatum Catholicarum, creada por Decreto de la Santa Sede en 1948, y que fue reconocida por el Papa Pío XII en 1949.
La FIUC colabora con la Secretaría de Estado, la Congregación de la Educación Católica, AVEPRO y varios dicasterios, incluido el dicasterio para el desarrollo humano integral. Tiene como fines preservar la tradición intelectual católica, la educación integral de la persona y el servicio a la Iglesia.