El encuentro “Viernes Loyola”, celebrado el pasado 30 de setiembre, sirvió como inicio de la Comunidad IQS. Se trata de un espacio de encuentro de las personas trabajadoras de IQS para hacer propia la misión de la Compañía de Jesús y así poder colaborar de forma más estrecha con la institución de la cual forman parte. Esta es una iniciativa de participación libre, dirigida a todo el personal, a través de la cual se ofrecerá una serie de propuestas que ayuden a profundizar tanto en la misión de la Compañía como en la integración de la fe y la vida.
La primera de las actividades, “Viernes Loyola”, es esencialmente una ocasión de encuentro para la reflexión. El profesor Xavier Casanovas, miembro de la Cátedra de Ética de IQS, guio a los presentes en lo que San Ignacio denominaba una Composición de Lugar: antes de orar sobre una cuestión, San Ignacio propone que la imaginemos viva, encarnada y que seamos capaces de mirarnos a nosotros mismos en medio de aquella situación.
Tras la oración inicial, Casanovas presentó a la invitada Mariola López Villanueva, religiosa del Sagrado Corazón de Jesús, licenciada en Periodismo y Teología Bíblica, así como Doctora en Teología Espiritual por la Universidad Loyola de Andalucía. La Dra. López es autora de varios libros sobre teología y espiritualidad desde la perspectiva de mujeres como Madeleine Delbrêl, Ettie Hillesum o Dorothy Day.
Presentó un Ignacio peregrino, que fue construyendo una espiritualidad encarnada, viva. Una espiritualidad de ojos abiertos y con los pies en la tierra. Agregó que se ha de poner en relieve la importancia del discernimiento, de la reflexión cotidiana, para agradecer aquello que se ha vivido cada día, para mirar aquello que necesita ser reparado y para pedir gracia para retomar el camino siguiendo a Jesús.
Con el discernimiento como clave para ubicarnos en la realidad del siglo XXI, la ponente propuso tres maneras arraigadas en la espiritualidad ignaciana para hacer el camino como peregrinos y dar los frutos del Espíritu Santo. La primera, una manera que nos ayude a limpiar y afinar nuestra mirada. Con dos movimientos: de inicio, ponernos bajo la mirada sanadora de Jesús, quien mira todo aquello bueno y bello que hay adentro nuestro. Al mismo tiempo, mirar detenidamente a Jesús para aprender a mirar como Él lo hace, abriendo nuestros sentidos a la realidad del prójimo.
Una segunda manera, crecer en la capacidad de agradecer porque esto nos permitirá buscar y encontrar a Dios cotidianamente. “La gratitud sincera nos lleva a reconocer que todo lo que podemos tener de bueno lo recibimos de Dios y de los otros. Es la gratitud quien nos pone en nuestro verdadero lugar de criaturas: pertenecemos a Dios y necesitamos los unos de los otros para salir adelante”, explicó la religiosa durante su intervención.
La tercera propuesta de la Dra. López se basa en una herramienta capital en la espiritualidad ignaciana, acompañar y ayudar los otros. Una manera de transitar nuestra realidad que nos vincule con los otros para ayudar a cuidar y a desplegar la vida, sobre todo aquella que está más amenazada. Ser ayudado es ser humano. Formamos parte de la vida de otras personas, nos damos alimento emocional con la amabilidad, el aprecio, la calidez en la relación, la confianza que nos otorgamos… Para Ignacio de Loyola, dar sentido a otras vidas, amar y servir, son las formas cotidianas y concretas del amor.
“La espiritualidad ignaciana nos lleva a descubrirnos frágiles y llamados, amados en nuestras debilidades, vulnerables y resilientes, enviados hacia los otros para colaborar en la misión de Jesús. Se nos pide estimar y servir en todo, con los sentidos muy abiertos a la escucha de la realidad, siempre desde un talante discernidor, tendiendo la mano allí donde la otra persona está, y acompañándola a ir más adelante; poniendo en el centro a los necesitados y descartados, ayudándonos mutuamente a andar hacia unas vidas más vinculadas y llenas”, dijo Mariola López para concluir. La jornada finalizó con un tiempo por el diálogo de los participantes con la experta invitada, así como un momento para la firma de algunos de sus libros.