Impulsado por el Centro Universitario “Sagrada Familia” de Úbeda y con la colaboración del equipo de Cultura Vocacional de UNIJES (Universidades Jesuitas de España) se celebró el pasado 10 de abril la primera experiencia “Más que educación”, que viene a añadirse al elenco de propuestas “Más Que”, que comenzaron su andadura hace cinco años como herramienta para la profundización en la dimensión profesional de la vocación de jóvenes estudiantes y trabajadores, para vivirla de manera integrada en su ser cristiano. Otros ámbitos desde los que se han celebrado han sido la Salud, la Ingeniería, la Economía, el Derecho, entre otros.
Por el contexto de pandemia el formato de la experiencia fue telemático, con el soporte ofrecido por la oficina MAGIS Sur a través de Ana Iruin y de la cuenta Zoom de Fundación SAFA. Durante cuatro horas de la mañana, 27 jóvenes de entre 20 y 30 años, junto con el equipo organizador y colaborador, profundizaron en las motivaciones del ejercicio profesional de la docencia a la luz de la fe en Jesús.
La propuesta comenzó con los respectivos saludos institucionales del Director General de las Fundaciones Sagrada Familia y Loyola, Enrique Gómez-Puig sj, de la Directora Adjunta del Centro Universitario Sagrada Familia, Consuelo Burgos, de la Coordinadora de Pastoral e Identidad y Misión del mismo centro, Isabel Parrilla y de la Coordinadora del Proyecto de Cultura Vocacional de UNIJES, Raquel Sanz. Todas las intervenciones iniciales agradecieron el interés de los jóvenes participantes y destacaron la importancia de vivir la vocación docente no solo como un medio de vida, sino también como el modo en que el profesional de la educación se dona a los demás y trata de hacer aflorar la mejor versión de sus propios alumnos.
¿A qué me siento llamado/a?
Con esta gran pregunta Carlos Moraza sj, director del Colegio San Ignacio de Pamplona cerraba la primera parte de la mañana, en la que invitó a los participantes a reflexionar y, más aún, ponerse en oración personal durante unos minutos para ir detectando la llamada que realmente sienten en lo más profundo del corazón. Previamente, con una breve exposición, aportó claves para entender la vocación vital en un sentido amplio, anterior a lo profesional y que para cristiano está imbricada de otra gran pregunta: ¿Dónde estás, Señor?
¿Por qué y para qué quiero ser educador/a?
En la siguiente parte de la mañana, Ángel Arenas sj, profesor y pastoralista entre otros centros, del Colegio Colegio SAFA San Luis del Puerto de Santa María, tomó la palabra para ir aterrizando en la vocación docente. Ahondó en las motivaciones últimas que hay detrás de la decisión de dedicarse al magisterio. Con profundidad y gran sentido común fue invitando a los jóvenes a ir pensando qué se mueve en sus corazones de educadores y cómo, para vivirlo en cristiano, estamos llamados a hacerlo al estilo en que Jesús hace las cosas. Ahondó, igualmente, en la necesidad de buscar tanto la autenticidad personal como el apoyo de los compañeros para trabajar en equipo, vital para seguir adelante, especialmente en las situaciones de dificultad. Así, viviendo con intensidad y profundidad la donación personal y comunitaria es como conseguimos “más que” educar. Después, se dejó un tiempo para la reflexión y la conversación en grupos de tres personas.
Testigos de vida
El último bloque de la mañana contó con la intervención de cinco testimonios de educadores cristianos que aportaron la visión práctica del ejercicio de la docencia.
En primer lugar, Pedro García, ex-director de E. Primaria y actual profesor de ESO en las EE.PP. SAFA de Úbeda destacó la importancia de tener referentes sólidos durante el proceso de formación y primeros años de ejercicio profesional, como en su caso fueron, entre otros, los jesuitas Jesús Gª de Leaniz sj o Jesús Mendoza sj, que a través del ejemplo de sus propias vidas le hicieron ir comprendiendo en qué consistía ser maestro. Enfatizó igualmente la necesidad de integrar la ilusión de aprender e innovar con la tarea de mantener el tesoro que en forma de legado nos aporta la tradición educadora jesuita, valor innegociable, para saber quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.
A continuación, Manuel Galán, maestro especialista en E.P., ex-director del colegio Blanca Paloma de Sevilla y miembro de la Dirección Central de las EE.PP. SAFA, abordó el reto que supuso en un primer momento su incorporación al claustro del colegio Blanca Paloma, en un entorno socialmente desfavorecido, destacando la importancia que tuvo para su desarrollo personal y profesional el trabajo y apoyo en equipo, hasta el punto de considerarlo básico en la actualidad para entender y afrontar sus nuevos retos y acciones en otros contextos en los que ejerce sus tareas educativas.
Por su parte, Débora García, profesora del Colegio Blanca Paloma de las las EE.PP. Sagrada Familia en Sevilla y tutora de 2º de Educación Primaria compartió cómo las actividades de Pastoral que ha desarrollado en el centro educativo han supuesto ese “plus” que consigue sacar lo mejor de sus alumnos. En ese sentido, invita a ver las actividades de pastoral en un centro no como una carga extra que suponen agobio para el profesorado, sino más al contrario, desde una fe y admiración verdaderas puestas en Jesús, deben entenderse como el “plus” que garantiza el cuidado de nuestros alumnos en un centro que se llama cristiano y que va más allá de una mera trasmisión de contenidos académicos.
Más tarde, Luisa González, coordinadora de Pastoral del Colegio Blanca Paloma de las EE.PP. Sagrada Familia en Sevilla, compartió con los participantes su trascendental experiencia de voluntariado en Paraguay, a partir de la cual ha ido leyendo su propia historia y vocación personal en lo sucesivo. Le sirvió para dotar de una mirada específica a las tareas en el colegio, las fáciles y las difíciles: siempre esperanzada y colaboradora con otros, haciendo del colegio una familia en la que convivir y madurar conjuntamente.
Como último testimonio de la mañana, Anselmo Rabadán, ex-alumno en el Centro Universitario SAFA, maestro especialista en Educación Primaria y Jesuita en proceso de formación en Roma animó con su testimonio a los jóvenes conectados a dar lo mejor de sí mismos desde lo que cada uno es y a que tomen a Jesús como modelo privilegiado para entender la labor docente. Habló sobre aquellos maestros que le dejaron huella en su rol como alumno, cayendo en la cuenta de que tenían como denominador común un corazón ardiente lleno de amor y esperanza que denotaba que habían dejado a Dios actuar en sus vidas, de lo que extrayó que este es un buen camino a tomar también por él y por los que compartimos este “Más que educación”.
Conclusiones: estudiar y ejercer el MAGIS – terio
Para finalizar la mañana todas las personas conectadas tuvieron la oportunidad de compartir a través de un encuentro de unos minutos en pequeño grupo para reposar todo lo que había significado el encuentro virtual. Después, con la guía del Padre Ángel Arenas, sj, se recogieron las impresiones y principales conclusiones a través de palabras o frases clave que a modo de resumen, expresaban el poso que dejaba la mañana. Algunas de las ideas que más aparecieron compartidas fueron las siguientes: “Ser maestro es salir de nosotros mismos y entregarnos a los demás”; “Mi acción diaria centrada en Jesús toma una visión distinta”; “Después del ‘Más que educación’ me siento llamada a seguir formándome como docente para poder servir a los demás el día de mañana.
En definitiva, a través de esta conexión on-line los asistentes manifestaron su deseo de ser “Más que” educadores, ni mejores ni peores que otros, pero enraizados en los valores de Jesús y de su Iglesia, de la que nos sentimos miembros y humildes servidores.
Miguel Ángel Barbero, miembro del Equipo de Cultura Vocacional UNIJES y profesor colaborador del Centro Universitario Sagrada Familia de Úbeda (Jaén)