La Universidad Loyola celebró hace unos días el acto de presentación de resultados de un proyecto de innovación docente denominado “Aprendiendo Juntos”. Un curso de derecho y criminología ha sido realizado durante el primer semestre del año académico 2019-2020 en el Centro Penitenciario de Sevilla 1, con alumnos de Loyola y alumnos de la prisión. El evento fue presentado por el Rector de la Universidad Loyola, Gabriel Pérez Alcalá el cual ha destacado la relevancia de este proyecto de innovación docente alineado con la misión de la universidad y citando a la muy acorde cita del Evangelio según San Mateo «Estuve en la cárcel y vinisteis a verme». El acto contó con el protagonismo de los alumnos que han llevado a cabo el proyecto y con Esther Montero Pérez de Tudela, coordinadora del proyecto, Jurista y Doctora en Criminología. Los resultados de la experiencia se han presentado a través de un pequeño documental que muestra las entrevistas realizadas a todos los participantes en el proyecto antes, durante y después de la realización del curso.
Este proyecto se basa fundamentalmente en llevar la educación superior al medio penitenciario a través de técnicas de enseñanza transformativa, que permiten a alumnos de la Universidad y de la prisión desarrollar su máximo potencial. Se trata de crear un espacio de aprendizaje e intercambio de experiencias, donde los alumnos de la Universidad, seleccionados por querer dedicarse el día de mañana al sistema de justicia penal, aprendan el tipo de profesionales que quieren ser, descubran la persona que hay tras cada expediente y desarrollen la humanidad y la ética.
Para la realización del curso sobre derecho y criminología, los alumnos de la Universidad Loyola fueron seleccionados de 3º, 4º y 5º curso de los grados simples y dobles de Criminología, y los alumnos de la prisión, fueron escogidos de la Unidad Terapéutica Educativa del Centro Penitenciario de Sevilla 1, lugar en el que se han desarrollado las clases. Un total de 30 participantes fueros seleccionados. El proyecto, con una duración de 10 semanas, finalizó el 26 de noviembre, fecha en la que se permitió al equipo de la Universidad Loyola entrar con cámaras en prisión y entrevistar a los participantes en el proyecto de innovación docente.
Durante estos últimos meses, se ha recabado tanto datos cuantitativos como cualitativos, a través de la realización de las mencionadas entrevistas, grabadas en audio y posteriormente con cámaras, lo que ha permitido constatar y medir el cambio producido en los estudiantes, tanto externos como internos. Los resultados obtenidos demuestran sobre todo una transformación clara en la forma de pensar de los participantes: la visión sobre el entorno penitenciario ha cambiado radicalmente para los estudiantes de la Universidad Loyola, así como la imagen preconcebida que del medio universitario tenían los alumnos de prisión. Se ha obervado una importante disminución de la punitividad, y un aumento de la humanidad y la ética. Por otro lado, los alumnos de Loyola han aumentado la determinación de su futuro profesional, ahora tienen más claro qué tipo de profesional quieren ser. Todo y más se ha visto reflejado en el documental expuesto al público durante la jornada. Donde además de la visualización del documental, los alumnos participantes han expuesto personalmente su experiencia a los presentes.
También para los alumnos de la prisión este curso ha supuesto importantes beneficios. Según indica Esther Montero Pérez de Tudela, Jurista y Doctora en Criminología, profesora de la Universidad Loyola “Los alumnos de la prisión tienen la oportunidad de acceder a la formación académica en un entorno normalizado, con alumnos de la universidad, en clases que suponen una extensión del ámbito académico, donde se les da “voz y voto”, y donde tienen opción de estudiar, desarrollarse y formarse cuanto quieran”. Ambos grupos tienen además una gran oportunidad para corregir sus ideas preconcebidas y sus prejuicios mutuos.
El proyecto fue creado hace 5 años por la Universidad de Cambridge, y ha sido adaptado por primera vez al entorno español. Esta experiencia pionera ha sido muy positiva y tanto alumnos internos (de la prisión) como alumnos de Loyola han hecho una aprovechamiento excelente del curso académico impartido.