El Espacio Acougo, hasta finales de noviembre, acoge un trabajo específicamente preparado para dicho lugar por el artista Jesús Otero- Yglesias.
La muestra reúne una selección de 65 dibujos, quince de ellos acompañados de textos, y ocho esculturas realizadas con madera y objetos. En palabras del autor, la exposición nace de la lectura de la poesía del nobel sueco Tomas Tranströmer, una poética con constantes referencias a la naturaleza y al ser humano en su fragilidad y misterio. Tranströmer era además psiquiatra y atendía a personas marginadas de la sociedad. Es precisamente esta doble atención, a la naturaleza y al ser humano, la que interesó profundamente al artista, pues entroncaba perfectamente con la esencia del Evangelio y la proyección al futuro de este.
Así, en el claustro del Colegio Mayor, los dibujos inspirados por la poética del autor sueco dan cuenta de un bosque que piensa, que siente, habla y se pone en movimiento y que es metáfora de la propia humanidad en su necesidad de protección y cuidado. Mientras en el interior de la iglesia se instalan una pequeña serie de cruces en madera que remedan en su forma aviones y que portan cada una un objeto que puede dar luz, cruces-aviones que imaginariamente podrían llevar la humilde luz del Evangelio por el mundo.