El proyecto CoviNanoVax, liderado por los Dres. Salvador Borrós y Cristina Fornaguera del Departamento de Bioingeniería de IQS, investiga el desarrollo de una vacuna de mRNA, basada en un nuevo sistema de encapsulamiento formado por nanopartículas poliméricas desarrolladas por estos investigadores, que llevan años de investigación en el campo de estos materiales. Se trata de uno de los proyectos financiados dentro de la convocatoria de proyectos de investigación sobre el SARS-CoV-2 y la Covid-19, promovida por el Ministerio de Ciencia e Innovación a través del Instituto de Salud Carlos III.
Hablamos con los dos investigadores sobre el avance de su investigación y de dónde se encuentran actualmente.
¿Qué balance hacéis de estos siete meses de trabajo?
CF. ¡El balance es muy bueno! En estos meses, hemos ido teniendo resultados muy positivos. El inicio fue el 1 de mayo, y partíamos de un conocimiento previo desde nuestra experiencia en el campo de los polímeros biocompatibles y biodegradables. Disponemos de una biblioteca propia de polímeros, y conocíamos cuáles en concreto eran capaces de dirigirse a las células dendríticas. Lo que nos faltaba era profundizar en la síntesis de mRNA, que es la parte antígena de la vacuna.
Llevamos todo este tiempo trabajando en esto y en la formulación de las nanopartículas. ¿Qué hemos conseguido en este tiempo? Pues, hemos podido sintetizar mRNA nosotros mismos, lo cual abarata el precio de la vacuna, por un lado, y, por otro, nos da más versatilidad para poder sintetizar nosotros el antígeno que necesitamos. Finalmente, hemos conseguido que se formen las nanopartículas con este mRNA, de forma correcta y automatizada, con un sistema fácilmente escalable y que se puede llevar a la producción bajo normas GMPs, necesaria para la industria farmacéutica.
En paralelo, también estamos trabajando en las vías de administración. Como en toda investigación en nanomedicina, se empieza con las formulaciones de vía intravenosa, y después se busca la adaptación a diferentes vías.
¿Con quién colaboráis en el proyecto?
SB. Trabajamos conjuntamente con expertos en inmunobiología de la Fundación para la Gestión Biomédica de Cádiz, que nos han ayudado a diseñar la síntesis del RNA antigénico.
CF. Ellos diseñaron los constructos para conseguir después que la proteína que resulta sea una proteína estable, según las propiedades requeridas de la misma. Estas propiedades dependen de cómo se haya diseñado el plásmido, y es a partir de este plásmido de donde sacamos el mRNA y la proteína. En los próximos meses, esperamos que puedan hacer pruebas de activación de células dendríticas primarias, de humanos, para ver si, finalmente, la vacuna cumplirá con su función.
Hemos hecho unas pruebas preliminares in vitro, y todo parece indicar que sí que será efectiva, ya que los resultados han sido muy prometedores. Y también se están haciendo las primeras pruebas de vacunación en ratones, ¡de las que esperamos tener resultados muy pronto!
¿Qué aporta vuestra vacuna? ¿Qué la hace diferente?
SB. Nuestra vacuna es de tecnología similar a la desarrollada por Moderna o por Pfizer-BioNTech. Todo viene del desarrollo de la tecnología de un mRNA mucho más estable, que se pueda inyectar sin degradarse rápidamente, con un sistema muy mejorado de encapsulamiento y protección del mismo. Todo esto representa un salto enorme en los sistemas de vacunación, porque convertirá las vacunas de mRNA en una de las líneas de vacunación más importantes en el futuro. Y hablamos tanto de vacunación tradicional, como en otros proyectos como en el campo de la inmunooncología, en el que nosotros ya estábamos trabajando antes.
CF. De hecho, como en la mayoría de las investigaciones en el campo de la Covid-19, donde previamente se estaban desarrollando muchas vacunas contra el cáncer. El principio es muy similar, considerando que en el caso del cáncer se debe esperar al desarrollo de la enfermedad para encontrar el antígeno y pararla, mientras que en el caso de una enfermedad infecciosa la vacunación es preventiva para tratar de evitarla. Pero el mecanismo de activación inmunológica es el mismo. Y de aquí surgió que nos pusiéramos a trabajar para buscar esta nueva vacuna.
Resumiendo…
SB. Ahora tenemos mRNA encapsulado que parece, por las pruebas in vitro, que será inmunogénico y estable. Y sabemos que este mRNA inyectado en animales de entrada no es tóxico. Y, muy importante, nuestras nanopartículas son estables a 4ºC, más de 7 días. Un elemento crucial para su conservación y transporte.
¿Por qué las temperaturas de conservación son tan diferentes? ¿Unas a 4ºC y otras a -80ºC?
CF. La diferencia está en la estabilidad del material de encapsulamiento. El mRNA es una molécula muy lábil, se estropea enseguida. Hay RNAs modificados que son más estables, pero se tienen que proteger de alguna manera. Nuestro grupo ha llegado a una formulación que lo deja muy bien protegido y le confiere mayor estabilidad y, por tanto, se puede preservar a temperaturas no tan extremas.
SB. Como ya hemos comentado, todo esto deriva de nuestro conocimiento adquirido durante mucho tiempo de investigación en este campo. Sabemos cómo encapsular mRNA, cómo protegerlo y cómo producirlo a gran escala.
¿Pensáis que este tipo de vacunas tan punteras pueden llegar a ser universales?
¡Por supuesto! Solucionado el problema de las temperaturas de almacenaje, se pueden distribuir a todas partes.
¿Hay algún otro grupo en España que esté trabajando en un proyecto como el vuestro?
SB. Dicen que hay tres…. Nosotros colaboramos con el grupo del Dr. Felipe García, del Hospital Clínic de Barcelona – IDIBAPS, que tienen experiencia en desarrollo de vacunas contra el VIH, y estamos haciendo los dos proyectos de forma coordinada y colaborativa, para hacer una investigación mucho más efectiva. Ellos también trabajan en otro proyecto contra la Covid-19, financiado por el Instituto de Salud Carlos III, como el nuestro.
CF. Los dos proyectos son muy similares, pensamos que era mejor trabajar conjuntamente y potenciarnos mutuamente.
¿Llegará vuestra vacuna a tiempo para ser utilizada en breve?
SB. La vacuna debe cumplir con todos los protocolos de regulatoria. Nosotros dejaremos la vacuna preparada, al final del proyecto, para entrar en fase preclínica regulatoria, hasta aquí podemos llegar con la financiación que tenemos. A partir de aquí, una empresa farmacéutica deberá ocuparse de llevar más adelante.
¿El proyecto tendrá continuidad?
CF. ¡Por supuesto! Ahora, todos estamos enfocados en solucionar el problema de la Covid-19. Pero, como hemos comentado antes, son tecnologías que se pueden aplicar en muchos más campos y con mucho futuro. Dejaremos la tecnología preparada por si volviera a aparecer una enfermedad infecciosa o cualquier otro patógeno poder atacarlos, o para tratamientos de cáncer…
SB. Dentro de esta idea de prepararnos para posibles pandemias, desde el punto de vista socio-estratégico, y si hemos sido capaces de desarrollar tecnologías que, con pequeños cambios, nos permitan obtener vacunas o tratamientos, nuestro objetivo es seguir investigando y pedir financiación para ir más adelante.