El Colegio Mayor Loyola ha sido este verano parada para cuatro grupos de jóvenes de procedencias muy diversas. Los tres primeros, a principios de agosto como escala hacia la JMJ de Lisboa; y el cuarto, a mediados de mes, a su vuelta del Camino de Santiago para regresar a su país. De este modo, una vez que los colegiales han terminado ya sus últimos exámenes y han regresado a sus casas, este año hemos podido ofrecer las instalaciones, además de a grupos de estudiantes extranjeros que buscan un lugar como residencia para realizar cursos universitarios de verano en julio, también a otros que necesitaban alojamiento y descanso para tener una experiencia eclesial y espiritual que les ayudara en su camino de búsqueda vital y de crecimiento en la fe.
De los dos grupos que se alojaron en su trayecto hacia Lisboa para la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, el primero, formado por casi 70 jóvenes, procedía de Polonia, y los otros dos, que sumaron cerca de 200, de diferentes zonas de los Estados Unidos. Por último, un grupo de una decena de malteses hizo noche en el Loyola, en su vuelta del Camino de Santiago después de recorrer durante quince jornadas parte del camino francés hasta llegar a la plaza del Obradoiro. Una experiencia que la capellanía universitaria liderada por los jesuitas ofrece a los jóvenes desde hace años con una buena acogida junto con voluntariados de diversa índole en distintos países. Para el colegio Mayor Loyola ha supuesto la oportunidad de corresponder a la hospitalidad y buen trato recibido en las visitas y estancias que los colegiales del Loyola han realizado a ese país, organizadas desde Pastoral.